¿Cómo comienza vuestra colaboración? De hecho, es la primera vez que haréis una exposición juntas. ¿Conocíais vuestras trayectorias previamente? ¿Cómo se inicia esta relación?

Mònica / Nuestra firma proviene de 1911. Hemos estado 75 años en el barrio gótico y ahora llevamos 5 años en un nuevo espacio en Calle Bailén, número 19 (Barcelona). Nos encontramos en un local que había sido una nave textil y que nos permite realizar proyectos más ambiciosos. En estos últimos años he querido abrirme a nuevas visiones teniendo claro lo que somos y que tenemos toda la fuerza como anticuarios. En la programación de la galería, creamos diálogos entre el mundo antiguo y el contemporáneo.

Una de estas nuevas líneas de investigación ha sido en torno al craft. Pude ver en la Bienal de Venecia proyectos de textil, de cerámica… y en
estos últimos años hemos hecho apuesta por estas disciplinas. Descubrí las joyas de Susana Solano en 2017. En diciembre de ese año asistí a un homenaje que le hicieron en el Design Hub de Barcelona (Museum del Disseny). Por supuesto que conocía su obra, pero la veía inalcanzable, por su trayectoria internacional. Lo interesante de esta profesión es que de la ilusión, hasta que las cosas se resuelven, pasan unos años. También vi su obra en distintas ediciones de Arco, en una galería amiga, y a partir de ahí empecé a soñar con la posibilidad de poder hacer un proyecto juntas. Cuando nos conocimos todo fue fácil, y con muy buena predisposición por las dos partes.

Susana / En mi caso es a la inversa. Yo era pequeña y ya visitaba el anticuario de tu padre con los míos. En los últimos años, cambiaste la mirada abriéndote al contemporáneo. Creo que eres una persona joven, inteligente, con muchas inquietudes y con ganas de mostrar algo diferente sin abandonar lo anterior, puesto que forma parte de la memoria y de nuevos tiempos. Este primer encuentro fue en el FAD cuando me nombraron «Maestro FAD». Estaban ahí también Marta Llorente, Carlos Velilla, Manel Brullet… Fue una ceremonia íntima, de la que no ha quedado ningún registro.

Luego fui visitando exposiciones de Mònica y finalmente nos hemos decidido.

¿Com surge la selección de obras de la exposición?

Susana / La selección la hemos realizado una vez vista la obra en archivos y después al natural. Se han ido atando entre sí, sin dificultad, valorando el tiempo de las cosas.

Mònica / Susana sabe rodearse de gente que le aprecia y cree en ella, como es el caso de Marta Llorente quien ha escrito el texto. Marta Llorente es arquitecta y conoce bien su obra. El título de la exposición es: Cosas pequeñas y grandes. Levedad y fortaleza en la obra de Susana Solano. Me gusta mucho cómo ha enfocado el texto hacia esa idea de ligereza y fortaleza que respira la obra de Susana. La ligereza se transmite a través de las joyas, en la obra más pequeña, y la fortaleza, ciertamente, en su obra grande y también en relación con la utilización de los materiales; el hierro, el aluminio, el mimbre…

Susana /Al material no le doy demasiada importancia, se trata de un soporte… Es un medio escogido. Evidentemente que todo está vinculado: Cuando intuyes un trabajo, el material surge de inmediato; no debes hacer un gran esfuerzo. Supongo que con cuarenta años de práctica es como una caligrafía que se obtiene, pero no sabes cómo la has conseguido.
Como dice Marta Llorente: «Todas las obras de arte están hechas en la confrontación del pensamiento con la materia. Llevan un tiempo y un proceso de elaboración en su interior, una sucesión de decisiones entre las cuales la elección del material acaba siendo fundamental. De hierro, de bronce, de acero brillante o de aluminio: todos los materiales parecen haber sido objeto de una elección precisa. Es posible que la elección de los materiales no se haga consciente o deliberada, en el instante que abre el proceso. Pero sin duda determina el germinar de la obra».

Mònica / Tu trabajas de esta manera, desde la idea.

Susana / Pero yo nunca tengo resuelta la idea. Si la tuviera resuelta, ya no necesitaría hacerla porque ya la conocería. Es todo lo contrario.

Trabajo con cierta ambigüedad que después se va definiendo. A veces muy rápidamente, otras muy lentamente. No me gusta hablar de obras de arte, sino de trabajos.

Actualmente estás trabajando con joyas

Susana / Trabajar con las joyas es volver a los inicios, a formatos más pequeños, más íntimos. Permite cierta libertad y resultados más inmediatos, como dibujar con la materia… Siempre he sido muy directa manipulando los materiales. Y tengo un sentido espacial muy desarrollado. También es una solución de volumen en el problema de almacenar.

Menciono de nuevo a Marta Llorente cuando dice que:»Las joyas que vemos en la galería defienden un determinado aislamiento que las hace autónomas, al menos por un tiempo. Podrán vivir otras historias o podrán volver a ser simplemente cosas, cosas bellas que contemplaremos como un paisaje en el cuenco de las manos, lejos de cualquier función…»

¿Cómo conviven las joyas con los otros trabajos más escultóricos?

Susana / No lo sé… Mis amigos arquitectos dicen que son una prolongación. Yo debería tomar más distancia para verlo.

Haces piezas de gran volumen y con materiales que tienen cierta complejidad. ¿Dónde trabajas habitualmente? ¿Cómo es tu día en el estudio?

Susana / Es algo que va in crescendo, muy lentamente. A lo largo de los años te atreves a hacer cosas más complejas y de mayor formato, siempre que lo requiera la idea, claro. A partir de ciertos formatos son necesarias las colaboraciones. Me gusta manipular las cosas porque después tienen una energía o una vibración que no aparece cuando es muy mecánico. Y también dejar el proceso a la vista. Tengo una nave en Gelida, donde hace un frío…¡gélido! En invierno puedo trabajar poco y en verano, por el calor, tampoco mucho. Pero voy haciendo. Los últimos trabajos los he realizado en la cocina. El sitio no tiene importancia. Lo que estás haciendo te marca el espacio.

Mònica / Pero eres una trabajadora incansable. ¡Has hecho mucha obra! Es tu pasión.

Susana / Sí que trabajo. Tengo este vicio.

Has hecho exposiciones en muchos lugares. Empiezas fuerte el año 1987 participando en la Documenta de Kassel, Bienal de São Paulo, Münster Skulptur Projekt y en 1988 en la Bienal de Venecia y Carnegie International de Pittsburg.

Susana/ Después se olvidan.

Hemos entrevistado a otras mujeres con muy buenas trayectorias y precisamente también han sido olvidadas por el sector. No nos explicamos por qué sucede…

Susana / El mundo de introspección, de silencio, es uno. Y el mundo de comunicación, ventas, comercio es otro. Uno debe aprender a moverse entre estos mundos. Hay artistas que se mueven de cara a la galería, y otros de cara al estudio. Todo el mundo hace lo que puede; no necesariamente una forma es mejor que otra.

Mònica / Ahora tienes varias exposiciones a la vista.

Susana / Sí, he trabajado poco durante unos años. Las cosas van como van. Lo que intento es no forzar situaciones.

Al ser mujer y trabajar con este tipo de escultura grande, ¿te has encontrado con prejuicios, inconvenientes?

Susana/ En Barcelona se organizó el taller internacional Art Triangle Barcelona (1987), liderado por Anthony Caro, y vinieron muchas americanas e inglesas. Demostraron que eran capaces de trabajar con material y allá donde no llegaban ellas, llegaba el señor de al lado…
Yo, si tuviera que repetir el trabajo de escultura quizás no lo haría porque es cansado; pero como es progresivo te vas liando.