Lydia Gifford / Florence Rodenstein – L21 Factory

Site-Specific Conversation inicia una colaboración con Barcelona Gallery Weekend 2022 ofreciendo una serie de conversaciones que se publicarán semanalmente durante el verano.

La propuesta toma la novela de Lucy Lippard como referente y se apropia del título Yo veo / Tú significas para hablar de prácticas, proyectos, dinámicas de trabajo y de las afinidades electivas entre artistas y galeristas. En el ejercicio de la escritura Lucy se da cuenta de que estaba avergonzada de ser una mujer. Este mismo sentimiento ha atravesado a muchas, a lo largo de los tiempos hasta la actualidad. Por ello, seleccionamos ocho galerías que en esta edición del Barcelona Gallery Weekend programan a mujeres. A lo largo de esta serie, conversaremos con artistas y galeristas poniendo el foco en las relaciones que se generan en un campo como éste, donde a menudo lo creativo se mezcla con lo afectivo.

Esta nueva entrega nos adentra en el mundo de Lydia Gifford, artista que expondrá en L21 Factory. Hablamos con ella acompañadas de Florence Rodenstein, directora de la galería, para sumergirnos y navegar a través de la delicadeza, la sutilidad y, a la vez, la profundidad emocional de las obras de Gifford. La vida, los cruces de caminos marcados por la voluntad, el afecto y el deseo de ir siempre más allá, son la base de esta conversación. Un momento de intensa comunicación como el que cualquiera de vosotrxs podría tener al descubrir las obras de Gifford.

Un ejemplo de cómo la emoción, la empatía, la solidaridad, la comprensión y la coherencia son la base del trabajo diario en el contexto del arte.

 

 

¿Cómo os conocisteis?

Florence / Hace poco que se inauguró el espacio L21 en L’Hospitalet por lo que nos hemos conocido recientemente. Pero hemos trabajado intensamente y todo ha ido muy bien. Ha habido un cambio en el proyecto y ella se ha adaptado sin problema. Es muy resolutiva, y esto no siempre es fácil.

Lydia / Conocí a Florence hace un par de semanas. Hemos estado debatiendo mucho a causa de toda una serie de nuevas obras en las cuales he trabajado últimamente. Mi trabajo es bastante personal. Siempre me da un poco de reparo centrar la conversación hacia este espacio tan íntimo, pero incluso en formatos tan impersonales como el zoom o el correo electrónico una se da cuenta cuando un espacio está protegido y de las reciprocidades. Rápidamente, nos pusimos a hablar de temas profundos.

 

 

Hoy en día nuestras relaciones son menos físicas, pero, a la vez, la tecnología nos ofrece la oportunidad de conectar con otras personas.

Lydia / Hago unos objetos muy físicos que piden ser vistos. Las imágenes de estos objetos siempre me provocan frustración. Pienso en toda la gama de matices que tiene una imagen en la pantalla y en real, donde puedes percibir como cae el polvo… Creo que ahora mi trabajo ofrece un espectro completo de experiencia: puede ser una cosa muy digital y, al mismo tiempo, se puede encontrar en el espacio real e interactuar con alguien.

De hecho, iré a Barcelona a instalar la pieza. ¡Esto es increíble! He estado participando en algunas exposiciones durante la Covid y no he podido estar presente. Tal como entiendo mi práctica artística, me parece una locura.

Florence / Empezamos a trabajar con Lydia cuando Francesco Giaveri la incorporó en una serie de exposiciones comisariadas que ha estado realizando en L21 Lab, en Palma. ¡Expusimos una de tus piezas colgada junto a la puerta de entrada!

Lydia / ¡Sí! No las había expuesto nunca antes. Es casi un acto de fe, que queden intactas, porque son muy delicadas. Me pareció un buen intercambio. Dejarlas salir, enseñarlas.

 

 

 

¿Fue después de esta muestra, cuando empezasteis a hablar de formar parte del programa?

Lydia / Tenía otras obras en Barcelona. Oscar Florit las descubrió. Me encanta tener obras antiguas y nuevas, las unas junto a las otras, pero en esta ocasión, para el BGW, he querido mostrar todo un nuevo cuerpo de trabajo.

¿Te refieres a la exposición que hiciste en Galería Alegría? Las dos galerías están en L’Hospitalet, muy cerca, y los propietarios son buenos amigos. 

Lydia / Supongo que por eso acabé trabajando con Oscar. Me encanta que pasara así.

¿Ya tienes título?

Lydia / Sí! Sink in, sink down (Ahondate, húndete). Es un verso de un poema de Ursula K. Le Guin.

¿La escritora de ciencia ficción?

Lydia / Exacto. Es de un poema que escribió poco antes de morir. Leo mucha poesía y a veces cojo versos para las exposiciones. Muchos de los poemas de aquel libro eran sobre la muerte. Últimamente, he tenido muchas muertes a mi alrededor. Le va bien porque sugiere dos posibles estados: un estado como objeto y un estado corporal. En mi obra reflexiono mucho acerca de la condición humana e intento trabajar con objetos para ver cómo está se relacionan con la materia.

 

Es verdad. Tu trabajo tiene un aspecto psicológico.

Lydia / Sin duda, sí. A veces de una forma muy libre. No quiero forzar nada. Así es como lo siento. Es una meditación física atravesada por problemas muy humanos.

En el texto que acompañaba tu exposición en Galería Alegría, presentabas tu práctica como una danza, com una coreografía.

 

Lydia / Mi hermana acababa de morir. Todo lo que hacía en aquel momento se badaba en una rutina básica de ser: doblar la ropa, guardar las cosas… Simplemente consistía en gestionar mi vida. Estar sana, mantenerme fuerte y lúcida… Y seguir con mi práctica. Sé que muchos bailarines continuaban bailando en pequeños espacios durante la pandemia. No añadir nada más a lo comentado, solo esto: mantener la práctica. Ese conjunto de obras eran pequeñas, retrabajadas y retrabajadas. Era un tipo de ritmo vital muy simple.

En cambio, en esta nueva exposición hay mucha más vibración, más riesgo. Digamos que las obras tienen una energía muy diferente.

Lo que sorprende de tu práctica es la concepción de la pintura como objeto.

Lydia / Me gusta usar la pintura como un lugar al cual vuelves y vuelves. La revisitas constantemente. Hay muchas capas en un lienzo, en un cuadro. La pintura se convierte en una superficie final, pero para mí, las capas anteriores, el tiempo que representan, es escultural. No se trata de una cuestión pictórica. Estas decisiones escultóricas se basan en la pintura, pero intento repensar los procesos pictóricos desde la perspectiva de la escultura. Me interesan los matices esculturales que, desde el interior de lo pictórico, conversan con la pintura. Ver de qué manera puedes transformar estos procesos pictóricos tan tradicionales en procesos culturales, psicológicos y conceptuales: esto es lo que me fascina cuando trabajo.

¿Es para ti importante el espacio en el que trabajas?

Lydia / Mi estudio es una especie de cultivo de todo lo que voy haciendo, un espacio que acumula rastros. He creado un entorno que me funciona cuando está completamente cubierto por la pintura. Muy a menudo pinto en el suelo. Las cosas que hago son sólo una pequeña porción de este gran todo. Es un espacio físico pero también psicológico. Las obras son, por así decirlo, formas que extraigo de ese cultivo. Y como en la danza, una buena parte de este tipo de arte se encuentra en la práctica, en la rutina, en el ejercicio, en el músculo.

 ¿Y cómo es tu rutina diaria?

Lydia / Voy al estudio cuatro días. Tengo un perro y viene conmigo. Dejo que las cosas sucedan. No tengo demasiadas normas. Me gusta bastante el formato cuadrado porque no prioriza una dirección concreta. Veo cómo las cosas se van generando. Cuando no puedo ir, las obras se secan

¡Es como un organismo!

Lydia / Sí. Siempre secándose y siempre añadiendo una nueva capa más. También, mientras tanto, escribo notas.

¿Utilizas estos textos en tus proyectos?

Lydia / El verso que has citado antes viene de mi cuaderno de notas. Expresa las idas y venidas del tiempo que quiero representar con mis obras. Es muy repetitivo. Se trata de como mi práctica pictórica conecta con lo psicológico. Con los canales que me conectan con mi faceta más personal, más humana.

En tu trabajo también se observa un compromiso con la sostenibilidad.

Lydia / Intento utilizar tantos materiales naturales como pueda: como pigmentos, barro, elementos muy geológicos. He pintado así desde que era una niña, como si trabajase con barro. Excavaba la tierra, generaba substancias fangosas, empapaba ropa. Para mi, pintar es un acto muy arraigado con la materia natural. Soy muy consciente de ello. Utilizo mucho el lino y el algodón… Me interesan los contrastes.

Al mismo tiempo, también reciclas tus obras.

Lydia / Todo lo que hago puede ser considerado un estrato. Está ahí mismo, como material para ser reutilizado. Se trata de una práctica basada en el tiempo. Y no hay un punto final. Cuando una obra sale del estudio, es como un final forzado. Puedo volver a retocar una obra a su regreso.

 

Barcelona Gallery Weekend busca reforzar y hacer visible el rico y variado tejido artístico de Barcelona, fomentar el coleccionismo de arte y poner en valor la labor de las galerías como espacios generadores de cultura abiertos a toda la ciudadanía. Del 15 al 18 de Septiembre de 2022 se celebrará la 8ª edición con 33 galerías que presentan el trabajo de más de 60 artistas.